miércoles, 29 de abril de 2009

Matrimonio roto


Es increíble a lo que llegamos y de como nuestros sentimientos pueden llegar a cambiar tanto. Cuando una persona contrae matrimonio se piensa que la relación con dicha persona perdurara para siempre, que vivirás feliz para el resto de tu vida, que tendrás hijos, etc.....

Lo malo es cuando empiezan a surgir los problemas. La convivencia es un poco difícil, ya que tienes que amoldarte a las costumbres de la otra persona, y ahí es cuando se ven las cosillas malas y también las buenas por supuesto. A continuación os voy a relatar mi experiencia.

Yo me independice con veintitrés años y me fui a vivir con mi pareja, mas que nada para probar como nos iba la convivencia, y bueno no se puede decir que era perfecta, pero tampoco que era mala. Estuvimos viviendo juntos un año y decidimos casarnos. Empezamos a preparar los preparativos de la boda, pero yo a el lo notaba un poco distraído  ausente, como si tuviera que decirme algo y no se atreviera. Bueno pues llegaba el momento, el gran día de casarnos y un día al despertarnos me dijo que me tenia que comunicar algo, a lo que yo pensé, por fin se ha decidido. En la vida pude imaginarme lo que se me avecinaba  cuando me dijo que llevaba tiempo consumiendo drogas, que lo hacia incluso antes de que nos conociéramos.

Creo que nadie puede imaginar lo que sentí en ese momento, a tan solo una semana antes de nuestra boda, pero le di la oportunidad de que se explicara. Me dijo que estaba asistiendo a un especialista para que le ayudara a dejar las drogas y yo le creí. Al día siguiente cuando me levante, me creí en la oblación de comunicarle a su familia lo que estaba pasando. La reacción de su familia me sorprendió un poco, su madre no sabia nada y me aconsejo que no me casara hasta que su hijo se rehabilitara  el hermano lo sabia e incluso alguna vez le había sustentado el vicio, el padre y la hermana no sabían nada pero no quisieron opinar ni meterse en mi decisión. Os preguntareis cual fue mi decisión, pues decidí casarme con el a pesar de su vicio, ya que pensé que si lo dejaba o atrasaba la boda el lo tomaría como una falta de confianza por mi parte, así que le di un voto de confianza.
A partir de ese momento empecé a acompañarlo al medico ya que tuvo que hacerse todo tipo de pruebas, incluso nos hicieron a los dos la prueba del VIH, que por suerte salieron negativas. Fuimos también a su especialista para que me informara, y efectivamente estaba en tratamiento de desintoxicación y por lo que me dijo lo llevaba bastante bien. Eso suponía llevar controles de orina cada semana y seguir un tratamiento a base de metadona, pero yo, ilusa de mi tenia todas mis esperanzas en que algún día fuéramos una pareja normal, pero ese día nunca llego.
Cada cierto tiempo yo visitaba a su especialista para que me explicara la evolución de mi marido y siempre obtenía la misma respuesta, que muy bien, pero un día lo pille intentando meterse una dosis y así es como descubrí que su doctora me mentía por petición de el, por que así me lo confeso ella cuando un día que fui a pedirle explicaciones. Imaginaros cual fue mi sorpresa cuando me dijo que había estado casi todo el tiempo consumiendo, no me lo podía creer, pero como siempre cuando hable con el las buenas palabras y las promesas me convencieron de nuevo y volví a confiar en el.
A partir de ese día la relación fue de mal en peor, mentiras, falta de dinero en las cuentas bancarias, en fin ya os podéis imaginar. Llego el día, que harta de todo me levanté con el firme propósito de darle una ultima oportunidad, y el acepto a sabiendas que si me volvía a fallar, tramitaría la separación. Después de esa charla decidimos viajar a Túnez y allí estuvimos dos semanas, en las cuales el tomo la decisión de dejar hasta la metadona. Tuvo varias crisis, pero ahí estaba yo para apoyarle y ayudarle. La cuestión esta, en que cuando volvimos, un día por la mañana lo escuche desde la cama hablar con un amigo por teléfono. El pensaba que yo dormía pero estaba escuchando todo lo que le decía a su amigo, y la verdad es que el principio de la conversión me sorprendió en la cual decía que ya lo había dejado, que ya no iba a recaer mas, que estaba muy bien.....

Lo malo fue cuando a continuación le dijo que si tenia dinero para comprar una dosis iba a buscarlo. Me quede helada cuando lo escuche y me levante para hablar con el. Nada mas abrir la puerta de la habitación le pregunte que adonde iba y me dijo que a comprar un regalo para mi hermana. Pues bien le dije que eso era mentira que lo había escuchado todo, a lo que el se sorprendió, y le dije que no fuera, pero eso no impidió que saliera en busca de su amigo sin importarle nada mas. Y es ahí cuando tome la decisión de separarme, aunque no faltaron todo tipo de comentarios por parte de su familia pero la situación ya se me hizo insostenible. Nos separamos de mutuo acuerdo y aunque rompimos nuestro matrimonio nunca dejemos de perder el contacto. Pero lo peor es que supe por su hermana que no había dejado las drogas en ningún momento y eso fue lo que acabo con el. Murió con veintisiete años con toda la vida por delante y nunca olvidare el día en que su hermana me comunico la noticia, se me partió el alma, ya que nunca desee para el ningún mal, sino todo lo contrario siempre viví con la esperanza de que pudiese salir de ese maldito vicio y pudiera ser feliz.

Y esta es la historia de mi matrimonio, dura, pero la pura realidad. Yo ya hice lo que pude por el, pero el no quiso salvarse de lo que es el infierno de las drogas.

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